miércoles, 22 de marzo de 2017
martes, 14 de marzo de 2017
A TI…
Con el divagar
del tiempo, las cicatrices del
alma, y,
en el corazón las cicatrices de la soledad
la cual te
encierra, te encasilla, y te apresa tan fuerte que no existe espacio
para el amor.
Pero en el andar
del tiempo y en la vanidad de los sueños
Encuentras que
estos mueren, cuando muere el soñador.
Y, hoy eres el ave, que remonta el vuelo,
llevando consigo
Un trágico
tropel de ensueños prohibidos, viajando a las historias no realizadas.
Donde el
espécimen perfume de tu esencia, figurada en tu silueta de mujer,
Carcome candentemente
el tiempo de un triste pasajero de la vida.
Y… hoy con tu
estallido de ti, mujer, deslumbras,
Irradias, candentemente
Mi soledad
penumbras
Y apareces en el
viento como si las mismas olas del mar,
Pudiesen
conducir tu naufragio desconocido.
Pero basta saber
que entre nostálgicos amaneceres,
Haces en mí, un
nuevo sueño del que jamás quisiera despertar.
Quizá hoy llegue
tarde, no sé ¿cómo? o ¿para qué?,
Pero seguro de
que estoy aquí,
Y tú tatuada en
mí propio inconsciente, pero tan lejos de mi realidad.
Eres el sueño,
el anhelo, que divaga entre cada uno de mis sueños prohibidos, y de mis
realidades paradójicas, como se suele ver y no tener.
Eres el árbol
plantado en un jardín prohibido,
Donde la esencia
pura de furor de mujer habita.
Donde no existe
límite para lo real y lo imaginario,
Pues no hay
cabida, para la insólita realidad solo para un deseo.
Eres la luz de
la oscuridad de una oscuridad jamás habitada, pero muy ansiosamente
Soñada y
esperada.
No basta ver tus
labios, y el estremecer de tu boca
pronunciando palabra alguna
Sino simplemente
ver tus ojos y divagar en tu mente expresando en ella lo especial que tu hoy
eres para un simple escritor.
Lic. Jocser Molina
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